¿Alguna vez has sentido que te mueves a tu propia velocidad, incluso cuando el mundo quiere que vayas a hipervelocidad? Este perezoso cósmico lo entiende. Está en un viaje celestial, alimentado por tacos y frío cósmico, recordándonos que está bien flotar. Quizá la verdadera iluminación no consista en correr hasta la meta, sino en encontrar un buen tentempié y disfrutar de las vistas por el camino. Un manifiesto perfecto para el soñador moderno, el procrastinador decidido y el entusiasta de los tacos. Es un goteo lento de genialidad en un mundo de alta velocidad.
¿Alguna vez has sentido que te mueves a tu propia velocidad, incluso cuando el mundo quiere que vayas a hipervelocidad? Este perezoso cósmico lo entiende. Está en un viaje celestial, alimentado por tacos y frío cósmico, recordándonos que está bien flotar. Quizá la verdadera iluminación no consista en correr hasta la meta, sino en encontrar un buen tentempié y disfrutar de las vistas por el camino. Un manifiesto perfecto para el soñador moderno, el procrastinador decidido y el entusiasta de los tacos. Es un goteo lento de genialidad en un mundo de alta velocidad.