Un encantador cuadro impresionista representa un pueblo costero enclavado junto al mar bajo una luna creciente. El cálido resplandor de las ventanas de los coloridos edificios contrasta maravillosamente con los tonos fríos del agua y el cielo nocturno, creando una atmósfera mágica y apacible que evoca una romántica nostalgia.
Un encantador cuadro impresionista representa un pueblo costero enclavado junto al mar bajo una luna creciente. El cálido resplandor de las ventanas de los coloridos edificios contrasta maravillosamente con los tonos fríos del agua y el cielo nocturno, creando una atmósfera mágica y apacible que evoca una romántica nostalgia.
"Mi arte crece como una enredadera, se retuerce, se adapta y alcanza una luz inesperada."
No hay una fórmula fija para lo que hago. Adapto mi estilo al tema, mi medio al momento. Creo en la fluidez, en el movimiento, en dejar que cada obra decida en qué debe convertirse.