Bañada en el silencio de un cielo color melocotón, flota en una hamaca colgada entre palmeras, ingrávida mientras el día se desliza tranquilamente hacia el crepúsculo. Los monos se posan y juegan, las flores se acercan y toda la selva zumba con la comodidad de no hacer absolutamente nada. Es un momento hecho sólo de luz solar, risas y quietud, sostenido suavemente en los brazos del paraíso.
Bañada en el silencio de un cielo color melocotón, flota en una hamaca colgada entre palmeras, ingrávida mientras el día se desliza tranquilamente hacia el crepúsculo. Los monos se posan y juegan, las flores se acercan y toda la selva zumba con la comodidad de no hacer absolutamente nada. Es un momento hecho sólo de luz solar, risas y quietud, sostenido suavemente en los brazos del paraíso.