Una mágica ilustración vertical que capta el caprichoso momento en que un grupo de conejitos se prepara para el lanzamiento de un cohete propulsado por un globo. Situada sobre una plataforma de madera bajo un cielo de ensueño, la escena mezcla ingeniería, fantasía y trabajo en equipo en tonos pastel. Perfecto para la habitación de un niño o para cualquiera que sueñe con la exploración y la aventura con un encanto suave y pictórico.
Una mágica ilustración vertical que capta el caprichoso momento en que un grupo de conejitos se prepara para el lanzamiento de un cohete propulsado por un globo. Situada sobre una plataforma de madera bajo un cielo de ensueño, la escena mezcla ingeniería, fantasía y trabajo en equipo en tonos pastel. Perfecto para la habitación de un niño o para cualquiera que sueñe con la exploración y la aventura con un encanto suave y pictórico.
Felpudos de calidad superior
Material
Material
Cara superior de poliéster fácil de limpiar y cara inferior antideslizante de goma negra.
Instrucciones de cuidado
Instrucciones de cuidado
Nuestros felpudos se pueden lavar a 30 °C en la lavadora.
Estampado de alta calidad
Estampado de alta calidad
Gran calidad gracias a la sublimación resistente a la luz y a un revestimiento adicional.
Producción sostenible
Producción sostenible
Electricidad verde, pocos desechos y compromiso social.
Hecho en Alemania
Hecho en Alemania
Nuestro socio local de confianza elabora y estampa todos nuestros felpudos.
"Creo para aportar suavidad y asombro al mundo de los niños, imágenes suaves que se sienten como una cálida historia susurrada antes de dormir."
Wonderfolk es un mundo visual creado para pequeños soñadores. Cada obra de arte comienza como un concepto cuidadosamente elaborado, una historia visual moldeada por el color, la textura y la emoción. Doy vida a estas historias a través de un proceso que combina la dirección artística, la composición reflexiva y una estética pictórica inspirada en las técnicas tradicionales.
¿El resultado? Escenas suaves y poéticas diseñadas para aportar calma y asombro a los espacios infantiles.
Todas las piezas se seleccionan con sumo cuidado, y nada se incluye en la lista hasta que pasa la prueba de brillo de mi crítico de arte más honesto: Luca, mi hijo de 4 años.