Un paisaje vibrante y psicodélico de colinas ondulantes en un derroche de color, bajo un cielo nocturno estrellado. La composición es una representación onírica, enérgica e imaginativa de un mundo de fantasía.
Un paisaje vibrante y psicodélico de colinas ondulantes en un derroche de color, bajo un cielo nocturno estrellado. La composición es una representación onírica, enérgica e imaginativa de un mundo de fantasía.
"Nunca planeé ser de un solo estilo. Simplemente seguí donde el color quería ir."
Mi arte no empezó con un manifiesto, sino con momentos de tranquilidad, bocetos dispersos y la negativa a ceñirme a las líneas. Creo con cualquier herramienta que me parezca adecuada ese día. Puede ser tinta, píxeles o carboncillo. Sigo la emoción y dejo que decida la forma.