Esta obra de arte convierte un simple huevo frito en un objeto de belleza. Cocinado a la perfección en una rústica sartén negra con un único tomate cherry, la composición es una oda minimalista pero poderosa a los sencillos placeres de cocinar y comer.
Esta obra de arte convierte un simple huevo frito en un objeto de belleza. Cocinado a la perfección en una rústica sartén negra con un único tomate cherry, la composición es una oda minimalista pero poderosa a los sencillos placeres de cocinar y comer.
"Mi arte crece como una enredadera, se retuerce, se adapta y alcanza una luz inesperada."
No hay una fórmula fija para lo que hago. Adapto mi estilo al tema, mi medio al momento. Creo en la fluidez, en el movimiento, en dejar que cada obra decida en qué debe convertirse.