Ilustración clásica, bañada por el sol, de un encantador callejón de una ciudad de una isla griega, con sus emblemáticos caminos de piedra encalada, paredes blancas y puertas azules.
Ilustración clásica, bañada por el sol, de un encantador callejón de una ciudad de una isla griega, con sus emblemáticos caminos de piedra encalada, paredes blancas y puertas azules.
"Algunos de mis cuadros lloran, otros bailan bajo bolas de purpurina imaginarias."
Mi trabajo es emocional, teatral y a veces ridículo. Me encanta contrastar la alegría con la melancolía, el silencio con la chispa. Pinto escenas que no existen, pero que de algún modo me resultan familiares en el corazón.