En el centro, un conejo negro sobre un dramático fondo de tonos dorados y negros. Las finas líneas doradas que recorren al animal recuerdan la técnica japonesa del kintsugi y confieren al cuadro una profundidad simbólica. Los intensos ojos del conejo y el contraste de colores crean una atmósfera misteriosa y sofisticada a la vez. La combinación del motivo animal y la textura abstracta hacen de esta obra de arte un atractivo especial.
En el centro, un conejo negro sobre un dramático fondo de tonos dorados y negros. Las finas líneas doradas que recorren al animal recuerdan la técnica japonesa del kintsugi y confieren al cuadro una profundidad simbólica. Los intensos ojos del conejo y el contraste de colores crean una atmósfera misteriosa y sofisticada a la vez. La combinación del motivo animal y la textura abstracta hacen de esta obra de arte un atractivo especial.