Una caprichosa escena de un gato blanco sentado elegantemente en un sofá amarillo en una habitación con papel pintado de flores. La composición es encantadora, extravagante y tiene un dulce aire de cuento.
Una caprichosa escena de un gato blanco sentado elegantemente en un sofá amarillo en una habitación con papel pintado de flores. La composición es encantadora, extravagante y tiene un dulce aire de cuento.
"En la tranquilidad de la vida cotidiana, encuentro las chispas que se convierten en cuadros, la quietud es mi musa."
Mi trabajo suele comenzar en silencio, observando el viento, las sombras o un día cualquiera. Traduzco estos momentos tranquilos en color y forma, ya sea con acuarela o con lápiz digital.