Un retrato inquietante que hace sonar la mudez: el rostro en blanco y negro de mirada intensa se rompe con una línea de color rosa neón brillante sobre la boca. Sin palabras, pero con un fuerte mensaje sobre el control, la censura y lo invisible. Una obra de arte moderna llena de emoción, ideal para colocar en la pared.
Un retrato inquietante que hace sonar la mudez: el rostro en blanco y negro de mirada intensa se rompe con una línea de color rosa neón brillante sobre la boca. Sin palabras, pero con un fuerte mensaje sobre el control, la censura y lo invisible. Una obra de arte moderna llena de emoción, ideal para colocar en la pared.