La mayoría de los fotógrafos dicen que su abuelo les regaló una cámara cuando eran niños y descubrieron entonces su pasión por la fotografía. A mí no me regalaron una cámara y tampoco la quería. La fotografía me parecía aburrida, lenta y molesta. Eso sólo cambió cuando conseguí mi primera cámara digital. Sí, fue divertido. Sin medición de la luz, sin apenas desperdicio, con resultados directos y el material directamente al ordenador.
En 2004 monté mi propio negocio y ahora trabajo aquí en mi estudio con flashes de estudio y luz natural, y tengo que admitir que ahora tengo un medidor de luz. Pero la pasión se mantiene, sobre todo cuando se trata de fotografía de alimentos.
Siempre trabajo sola y lo hago todo yo misma en mis sesiones fotográficas de alimentos: Planifico, compro, cocino, hago el estilismo de los alimentos, el atrezzo, fotografío, edito, suelo hacer las palabras clave y los pies de foto, envío a las agencias y, por supuesto, limpio y friego. Aunque tengo que admitir que aquí y allá me ayudan a fregar :-)