El faro de Rubjerg Knude, en Dinamarca, en medio de una tormenta de arena. Esta icónica estructura se yergue resistente sobre arenas movedizas, rodeada de un dramático paisaje costero bajo un cielo nublado pero radiante. Una escena serena pero dinámica para los amantes de la fotografía de viajes y naturaleza.
El faro de Rubjerg Knude, en Dinamarca, en medio de una tormenta de arena. Esta icónica estructura se yergue resistente sobre arenas movedizas, rodeada de un dramático paisaje costero bajo un cielo nublado pero radiante. Una escena serena pero dinámica para los amantes de la fotografía de viajes y naturaleza.
La mayoría de los fotógrafos dicen que su abuelo les regaló una cámara cuando eran niños y descubrieron entonces su pasión por la fotografía. A mí no me regalaron una cámara y tampoco la quería. La fotografía me parecía aburrida, lenta y molesta. Eso sólo cambió cuando conseguí mi primera cámara digital. Sí, fue divertido. Sin medición de la luz, sin apenas desperdicio, con resultados directos y el material directamente al ordenador.
En 2004 monté mi propio negocio y ahora trabajo aquí en mi estudio con flashes de estudio y luz natural, y tengo que admitir que ahora tengo un medidor de luz. Pero la pasión se mantiene, sobre todo cuando se trata de fotografía de alimentos.
Siempre trabajo sola y lo hago todo yo misma en mis sesiones fotográficas de alimentos: Planifico, compro, cocino, hago el estilismo de los alimentos, el atrezzo, fotografío, edito, suelo hacer las palabras clave y los pies de foto, envío a las agencias y, por supuesto, limpio y friego. Aunque tengo que admitir que aquí y allá me ayudan a fregar :-)