Un retrato poderoso y cariñoso de una madre con un pañuelo rojo en la cabeza que abraza a su hijo, ambos mirando al espectador con miradas fuertes y directas.
Un retrato poderoso y cariñoso de una madre con un pañuelo rojo en la cabeza que abraza a su hijo, ambos mirando al espectador con miradas fuertes y directas.
"Cada pieza que hago es un rompecabezas que no sabía que estaba resolviendo."
No dibujo con un plan. Empiezo con tensión, o silencio, o algo que sentí hace tres semanas. Luego superpongo, borro y reconstruyo. Mi obra refleja el desorden que hay bajo la superficie: crudo, cambiante, inacabado, como todos nosotros.