Retrato en primer plano de una mujer que sostiene una sola margarita blanca. Su suave expresión y la sencilla y hermosa flor crean una escena pura, inocente y llena de sereno y discreto encanto.
Retrato en primer plano de una mujer que sostiene una sola margarita blanca. Su suave expresión y la sencilla y hermosa flor crean una escena pura, inocente y llena de sereno y discreto encanto.
"Escucho el mundo y pinto lo que oigo, cada época tiene un ritmo y yo sigo su compás."
Mi arte cambia con el tiempo porque yo también lo hago. Me inspiran la cultura, la música, el diseño y la energía del presente. Ya sea a través de técnicas antiguas o de nuevas herramientas, me mantengo abierto, receptivo y en constante evolución.