Una vibrante escena de interior con un atrevido sillón rojo en el que descansa plácidamente un gato negro. La habitación está llena de arte, una gran maceta y una alfombra azul estampada, creando un santuario elegante, personal y acogedor.
Una vibrante escena de interior con un atrevido sillón rojo en el que descansa plácidamente un gato negro. La habitación está llena de arte, una gran maceta y una alfombra azul estampada, creando un santuario elegante, personal y acogedor.
"Algunos días pinto con pinceles, otros con píxeles, pero cada obra empieza con curiosidad y termina con alma."
No creo en las limitaciones. Tradicional o digital, abstracto o surrealista, lo que importa es la historia que cuenta cada obra. Para mí, el arte es una conversación diaria con el mundo que me rodea, y nunca sé adónde me llevará.