Una mujer flota suavemente a lo largo de un sinuoso arroyo, rodeada de sol, arena y suaves verdes tropicales. Su sombrero y sus sandalias descansan en la orilla, intactos, como si se hubiera liberado de cualquier expectativa. Aquí no hay prisa, sólo calor, agua y el tranquilo lujo de estar plenamente presente. Un homenaje a la quietud, a la entrega y a dejar que el día se desarrolle como quiera.
Una mujer flota suavemente a lo largo de un sinuoso arroyo, rodeada de sol, arena y suaves verdes tropicales. Su sombrero y sus sandalias descansan en la orilla, intactos, como si se hubiera liberado de cualquier expectativa. Aquí no hay prisa, sólo calor, agua y el tranquilo lujo de estar plenamente presente. Un homenaje a la quietud, a la entrega y a dejar que el día se desarrolle como quiera.