Retrato de un gato esmoquin blanco y negro sentado pacientemente junto a una taza de café. La sencilla composición y la mirada directa del gato crean una escena encantadora, humorística y cercana para cualquier amante de los gatos y el café.
Retrato de un gato esmoquin blanco y negro sentado pacientemente junto a una taza de café. La sencilla composición y la mirada directa del gato crean una escena encantadora, humorística y cercana para cualquier amante de los gatos y el café.
"Pinto los trozos de sueños que olvidamos demasiado rápido, los que perduran entre el sueño y la memoria."
Desdibujando la línea entre lo real y lo imaginario, mi arte invita a entrar en espacios liminales. Me atraen las atmósferas surrealistas, los contrastes vibrantes y ese espacio mágico entre la vigilia y el asombro.