Paisaje exótico (1910) de Henri Rousseau transporta al espectador a una exuberante selva de ensueño repleta de follaje vivo, frutas maduras y animales juguetones. El estilo naïf característico de Rousseau -colores vivos, perspectiva aplanada y composición imaginativa- evoca una sensación de asombro y encanto misterioso. Perfecto para añadir un toque de exótica elegancia y vibrante energía a cualquier espacio.
Paisaje exótico (1910) de Henri Rousseau transporta al espectador a una exuberante selva de ensueño repleta de follaje vivo, frutas maduras y animales juguetones. El estilo naïf característico de Rousseau -colores vivos, perspectiva aplanada y composición imaginativa- evoca una sensación de asombro y encanto misterioso. Perfecto para añadir un toque de exótica elegancia y vibrante energía a cualquier espacio.