Un esqueleto descansa despreocupadamente en un ataúd, levantando una mano como si saludara, acompañado del texto "Nunca mejor dicho". La composición tiene un tono humorístico y oscuramente irónico.
Un esqueleto descansa despreocupadamente en un ataúd, levantando una mano como si saludara, acompañado del texto "Nunca mejor dicho". La composición tiene un tono humorístico y oscuramente irónico.