Una vista desde un balcón o terraza con una atrevida barandilla rosa, con vistas a un mar tranquilo y extenso. Dos sillas verdes y una mesa para relajarse, enmarcadas por elementos arquitectónicos, sugieren un apacible refugio costero.
Una vista desde un balcón o terraza con una atrevida barandilla rosa, con vistas a un mar tranquilo y extenso. Dos sillas verdes y una mesa para relajarse, enmarcadas por elementos arquitectónicos, sugieren un apacible refugio costero.
"Crear es mi santuario, cada cuadro es una ventana a un mundo de tranquila reflexión."
En un mundo lleno de ruido, encuentro la quietud a través de la pintura. Mi trabajo es una práctica meditativa que traduce los momentos tranquilos e introspectivos de la vida en poesía visual. Construyo capas de mi ilustración para crear una atmósfera de serenidad y profundidad, invitando al espectador a alejarse de lo cotidiano y compartir un momento de pacífica contemplación. Mi objetivo no es sólo crear una imagen, sino ofrecer una sensación de calma que perdure.