Un gato negro está sentado en el alféizar de una ventana, enmarcado por una ventana de un rojo vibrante, mirando hacia un jardín. La escena es una instantánea bella, impactante y apacible de la vida contemplativa de un gato.
Un gato negro está sentado en el alféizar de una ventana, enmarcado por una ventana de un rojo vibrante, mirando hacia un jardín. La escena es una instantánea bella, impactante y apacible de la vida contemplativa de un gato.
"Pinto los trozos de sueños que olvidamos demasiado rápido, los que perduran entre el sueño y la memoria."
Desdibujando la línea entre lo real y lo imaginario, mi arte invita a entrar en espacios liminales. Me atraen las atmósferas surrealistas, los contrastes vibrantes y ese espacio mágico entre la vigilia y el asombro.