Este cuadro representa a un gato blanco sentado en el alféizar de una ventana, contemplando un paisaje nevado con árboles desnudos. El interior es acogedor, con una taza y una prenda de ropa en el alféizar, lo que sugiere calidez y comodidad en el interior.
Este cuadro representa a un gato blanco sentado en el alféizar de una ventana, contemplando un paisaje nevado con árboles desnudos. El interior es acogedor, con una taza y una prenda de ropa en el alféizar, lo que sugiere calidez y comodidad en el interior.