Un rostro abstracto de estilo cubista se compone de formas atrevidas, un perfil amarillo, un único ojo grande y acentos geométricos sobre un vibrante fondo rojo.
Un rostro abstracto de estilo cubista se compone de formas atrevidas, un perfil amarillo, un único ojo grande y acentos geométricos sobre un vibrante fondo rojo.
"Prospero en el hermoso caos de la creación, confiando en mi intuición para encontrar la armonía en el color y la forma."
El acto de pintar es una danza dinámica entre la energía espontánea y el control deliberado. A menudo empiezo con un estallido de color y marcas gestuales, abrazando el viaje impredecible que presenta cada lienzo. A partir de esta energía inicial, construyo una estructura y una narrativa, dejando que mi intuición guíe la composición hacia un estado de equilibrio. Mi arte es un testimonio del propio proceso: una exploración vibrante y honesta de los momentos en los que el caos encuentra su bella resolución.