Los cócteles no sólo saben bien, también se ven bien. El diseñador británico Nick Barclay no tardó en darse cuenta de ello cuando se mudó a Sídney en 2009 y le sirvieron su primer Negroni (ginebra, vermú, Campari y una rodaja de naranja). Fue amor al primer sorbo. Tan fuerte como algunas de las mezclas a las que Barclay hace una declaración gráfica de amor con su serie de cócteles es la expresión con la que otras de sus obras ya han agitado la escena del diseño. El artista también ha puesto su sello minimalista en clásicos del arte de Van Gogh o Botticelli, así como en portadas de discos de culto de grandes de la música como los Beatles, David Bowie o Daft Punk. Siempre fiel al lema "cuanto más reducido, mejor".