Una nostálgica escena veraniega en la que dos globos aerostáticos flotan sobre una tranquila carretera rural, enmarcados por postes de electricidad y el resplandor mortecino del sol de la tarde. La palabra "STOP" pintada en la carretera añade un contraste poético a la sensación de libertad en el cielo. Esta obra evoca la calma, el deseo de viajar y la belleza de lo cotidiano.
Una nostálgica escena veraniega en la que dos globos aerostáticos flotan sobre una tranquila carretera rural, enmarcados por postes de electricidad y el resplandor mortecino del sol de la tarde. La palabra "STOP" pintada en la carretera añade un contraste poético a la sensación de libertad en el cielo. Esta obra evoca la calma, el deseo de viajar y la belleza de lo cotidiano.