Una sola figura camina descalza por una enorme superficie verde, pero su huella es de agua reluciente. El estrecho sendero de agua atraviesa el cuadro como una grieta en la vida cotidiana, permitiendo que la realidad y el surrealismo fluyan el uno hacia el otro. Con paso decidido, la figura encarna la libertad, lo insólito y el arte de encontrar el propio camino.
Una sola figura camina descalza por una enorme superficie verde, pero su huella es de agua reluciente. El estrecho sendero de agua atraviesa el cuadro como una grieta en la vida cotidiana, permitiendo que la realidad y el surrealismo fluyan el uno hacia el otro. Con paso decidido, la figura encarna la libertad, lo insólito y el arte de encontrar el propio camino.