Una caprichosa ilustración de una niña con botas, sosteniendo una sola flor que tiene un gran corazón por capullo. Se trata de una dulce, encantadora e imaginativa representación del amor y de los gestos sencillos y sinceros.
Una caprichosa ilustración de una niña con botas, sosteniendo una sola flor que tiene un gran corazón por capullo. Se trata de una dulce, encantadora e imaginativa representación del amor y de los gestos sencillos y sinceros.
"Nunca planeé ser de un solo estilo. Simplemente seguí donde el color quería ir."
Mi arte no empezó con un manifiesto, sino con momentos de tranquilidad, bocetos dispersos y la negativa a ceñirme a las líneas. Creo con cualquier herramienta que me parezca adecuada ese día. Puede ser tinta, píxeles o carboncillo. Sigo la emoción y dejo que decida la forma.