Una magnífica escultura natural, que brilla con un azul imposible, de otro mundo. Esta fotografía minimalista capta un iceberg solitario, con su intrincada forma esculpida por el tiempo y la marea, mientras flota en aguas quietas y silenciosas. Su color luminoso parece irradiar su propia luz sobre la suave niebla gris: una impresionante joya del Ártico. Una pequeña foca descansando en la parte superior subraya la escala y la serenidad de este santuario salvaje. Una pieza poderosa pero tranquilizadora que lleva el corazón mágico y ancestral del glaciar a tu pared.
Una magnífica escultura natural, que brilla con un azul imposible, de otro mundo. Esta fotografía minimalista capta un iceberg solitario, con su intrincada forma esculpida por el tiempo y la marea, mientras flota en aguas quietas y silenciosas. Su color luminoso parece irradiar su propia luz sobre la suave niebla gris: una impresionante joya del Ártico. Una pequeña foca descansando en la parte superior subraya la escala y la serenidad de este santuario salvaje. Una pieza poderosa pero tranquilizadora que lleva el corazón mágico y ancestral del glaciar a tu pared.