En "Rostros de la naturaleza", lo surrealista se entrelaza con el mundo natural en una estructura arbórea adornada con rostros humanos, testimonio de la unidad entre la humanidad y la naturaleza. Cada rama, engalanada con vibrantes flores azules y tentadores frutos rojos, teje una narración de vida y crecimiento. Los remolinos del fondo, en tonos rosa y granate, crean un telón de fondo dinámico que realza la atmósfera surrealista.
En "Rostros de la naturaleza", lo surrealista se entrelaza con el mundo natural en una estructura arbórea adornada con rostros humanos, testimonio de la unidad entre la humanidad y la naturaleza. Cada rama, engalanada con vibrantes flores azules y tentadores frutos rojos, teje una narración de vida y crecimiento. Los remolinos del fondo, en tonos rosa y granate, crean un telón de fondo dinámico que realza la atmósfera surrealista.