Cientos de rostros, dibujados con líneas claras en blanco y negro, se agolpan unos junto a otros. Cada figura tiene su propia expresión, a veces divertida, a veces extraña, a veces enigmática. Y en medio de esta animada confusión: un pequeño corazón rojo brillante. Un detalle que destaca, sorprende y hace sonreír. Esta imagen es un juego de objetos ocultos lleno de personajes y emoción: un juego de miradas entre el caos y el afecto.
Cientos de rostros, dibujados con líneas claras en blanco y negro, se agolpan unos junto a otros. Cada figura tiene su propia expresión, a veces divertida, a veces extraña, a veces enigmática. Y en medio de esta animada confusión: un pequeño corazón rojo brillante. Un detalle que destaca, sorprende y hace sonreír. Esta imagen es un juego de objetos ocultos lleno de personajes y emoción: un juego de miradas entre el caos y el afecto.