Un poderoso retrato abstracto de un rostro con un tercer ojo y rayos solares, realizado en un atrevido estilo cubista. La obra es artística, espiritual y tiene una fuerte presencia mítica.
Un poderoso retrato abstracto de un rostro con un tercer ojo y rayos solares, realizado en un atrevido estilo cubista. La obra es artística, espiritual y tiene una fuerte presencia mítica.
"En la tranquilidad de la vida cotidiana, encuentro las chispas que se convierten en cuadros, la quietud es mi musa."
Mi trabajo suele comenzar en silencio, observando el viento, las sombras o un día cualquiera. Traduzco estos momentos tranquilos en color y forma, ya sea con acuarela o con lápiz digital.