Puesta de sol (hacia 1868) de Claude Monet capta la serena belleza del atardecer con colores cálidos y brillantes y delicadas pinceladas. Esta obra maestra impresionista destaca el fugaz momento del final del día, sumergiendo al espectador en la tranquila despedida de la naturaleza y su radiante luz.
Puesta de sol (hacia 1868) de Claude Monet capta la serena belleza del atardecer con colores cálidos y brillantes y delicadas pinceladas. Esta obra maestra impresionista destaca el fugaz momento del final del día, sumergiendo al espectador en la tranquila despedida de la naturaleza y su radiante luz.