Rodeada de frondosas hojas y radiantes flores, se asoma suavemente a un árbol cargado de frutos. El cielo brilla con cálidos tonos dorados, como el interior de un mango recién abierto. Aquí hay abundancia, no sólo en lo que recoge, sino también en su forma de moverse: lenta, constante y cuidadosa. Un momento de conexión con la tierra, el ritmo y el alimento.
Rodeada de frondosas hojas y radiantes flores, se asoma suavemente a un árbol cargado de frutos. El cielo brilla con cálidos tonos dorados, como el interior de un mango recién abierto. Aquí hay abundancia, no sólo en lo que recoge, sino también en su forma de moverse: lenta, constante y cuidadosa. Un momento de conexión con la tierra, el ritmo y el alimento.