Una pintura estilizada del Museo Guggenheim de Nueva York, rodeado por el movimiento arremolinado del tráfico de la ciudad, que captura su arquitectura única con vibrante energía.
Una pintura estilizada del Museo Guggenheim de Nueva York, rodeado por el movimiento arremolinado del tráfico de la ciudad, que captura su arquitectura única con vibrante energía.
"Mi arte nunca está realmente acabado, sólo se transforma. El lienzo es el primer verso, la pantalla de la imaginación es el remix."
Veo cada obra de arte como una idea viva en constante evolución. Mi proceso comienza con una sesión intuitiva y emocional de pintura sobre lienzo. Pero no lo considero el paso final. Considero el cuadro físico como el material de partida de una conversación creativa conmigo mismo. Al llevarlo a mi espacio de trabajo digital, puedo remezclar, deconstruir y responder a mis propias pinceladas iniciales. Esto me permite explorar narrativas y posibilidades alternativas dentro de un mismo concepto, creando un conjunto de obras en el que cada pieza es un capítulo de una historia continua de transformación.