Composición VII (1913) de Wassily Kandinsky es una magistral explosión de color, movimiento e intensidad emocional. Reconocida como una de las obras más complejas e influyentes del artista, encarna la espiritualidad abstracta y el ritmo dinámico a través de la intersección de formas y tonos audaces. Ideal para interiores modernos y para los amantes del expresionismo abstracto, esta pieza captura la cruda energía del arte vanguardista de principios del siglo XX.
Composición VII (1913) de Wassily Kandinsky es una magistral explosión de color, movimiento e intensidad emocional. Reconocida como una de las obras más complejas e influyentes del artista, encarna la espiritualidad abstracta y el ritmo dinámico a través de la intersección de formas y tonos audaces. Ideal para interiores modernos y para los amantes del expresionismo abstracto, esta pieza captura la cruda energía del arte vanguardista de principios del siglo XX.