Bajo una resplandeciente luna llena, unas siluetas recorren un jardín surrealista de altísimas amapolas y exuberantes hojas verdes. La escena es tranquila pero llena de movimiento, como un recuerdo que se desarrolla a cámara lenta. Una suave celebración del ritmo, la naturaleza y los espacios oníricos que atravesamos cuando nos abandonamos al momento.
Bajo una resplandeciente luna llena, unas siluetas recorren un jardín surrealista de altísimas amapolas y exuberantes hojas verdes. La escena es tranquila pero llena de movimiento, como un recuerdo que se desarrolla a cámara lenta. Una suave celebración del ritmo, la naturaleza y los espacios oníricos que atravesamos cuando nos abandonamos al momento.