Dos caballos blancos descansan apaciblemente en un paisaje de pastos abiertos. Rodeados de hierbas silvestres, flores y un viejo muro de piedra, la escena transmite un idilio rural y la belleza virgen de la naturaleza.
Dos caballos blancos descansan apaciblemente en un paisaje de pastos abiertos. Rodeados de hierbas silvestres, flores y un viejo muro de piedra, la escena transmite un idilio rural y la belleza virgen de la naturaleza.
Eva wuchs inmitten der Alpen auf und verbrachte viele Jahre in Schweden, bevor sie mit ihrer Familie an die raue Atlantikküste Irlands zog. Die ungezähmte Natur ist ihre größte Muse – eine endlose Quelle der Inspiration, die ihre fotografische Handschrift prägt: authentisch, intuitiv und voller Tiefe.