Un malhumorado e intrigante bodegón. Dos velas blancas altas, un tarro de cristal con pepinillos, un jarrón negro con delicadas flores rosas y una caja de cerillas están colocados en una superficie sobre un fondo morado oscuro.
Un malhumorado e intrigante bodegón. Dos velas blancas altas, un tarro de cristal con pepinillos, un jarrón negro con delicadas flores rosas y una caja de cerillas están colocados en una superficie sobre un fondo morado oscuro.
"Crear es mi santuario, cada cuadro es una ventana a un mundo de tranquila reflexión."
En un mundo lleno de ruido, encuentro la quietud a través de la pintura. Mi trabajo es una práctica meditativa que traduce los momentos tranquilos e introspectivos de la vida en poesía visual. Construyo capas de mi ilustración para crear una atmósfera de serenidad y profundidad, invitando al espectador a alejarse de lo cotidiano y compartir un momento de pacífica contemplación. Mi objetivo no es sólo crear una imagen, sino ofrecer una sensación de calma que perdure.