El arte japonés me inspira profundamente porque crea una conexión armoniosa entre sencillez y riqueza de detalles que siempre me conmueve. Me fascina la forma en que capta la belleza de la naturaleza en su forma más pura, ya sea en delicadas flores o en poderosos paisajes. Las líneas claras y la calma meditativa que emanan de cada obra me inspiran a buscar un equilibrio similar en mi propio arte. Me impresiona especialmente la forma en que la tradición del arte japonés se traslada una y otra vez a la modernidad sin perder su magia original. Me enseña a ver la poesía en el momento y a encontrar la magia en lo discreto.